Son pocas las películas que puedo ver una y otra vez sin cansarme de ellas, pocas me han hecho recordar cosas que en verdad me han pasado... y son menos aquellas las que me han cautivado, Lost in Translation es una de estas películas. Es la segunda película escrita y dirigida por Sofia Coppola ( la primera fue Las vírgenes suicidas ) hija del famoso director Francis Ford Coppola.
En ella, Bob Harris ( Bill Murray ) es un actor de mediana edad que se encuentra en Tokio para realizar sesiones fotográficas publicitarias. Está casado, pero su matrimonio ha entrado en una fase de aburrimiento. Respecto a la vida Harris se siente melancólico. En el hotel conoce a Charlotte ( Scarlett Johansson ) la joven esposa de un fotógrafo que está trabajando durante unos días en otros lugares del Japón, de forma que ella se encuentra sola en Tokyo. También Charlotte se siente triste. Entre Harris y Charlotte se establece una relación de mutua comprensión, que se va estrechando a lo largo de los días en los que están juntos. Cada uno puede aprender algo del otro.
Lost in Translation narra una historia de amor. No hay mapas para orientarse en esa relación sin nombre que nace de miradas, de encuentros en el bar, y se desarrolla entre silencios, escapadas cómplices, recorridas por esos espacios ajenos, hasta llegar a un entendimiento, a una intimidad que atraviesa los treinta años que los separan y es superior a la de tantas parejas convencionales que vemos en el cine. Basta ver la hermosa escena en que Bob canta “ More than this ” en un karaoke dedicada a Charlotte, para entender que se vive un momento de alta expresividad y comunicación. O el elocuente, maravilloso plano que toma a ambos en la cama, donde un mínimo roce de una mano está cargado con un amoroso erotismo pocas veces visto.
El primer plano de la película es impactante : la cámara fija en el cuerpo de Charlotte, estático, después gira hacia la izquierda recorriendo la espalda de la protagonista. Ese es el primero de muchos planos que revelan la delicadeza de Coppola a la hora de la composición, con la colaboración del fotógrafo Lance Acord : en los planos de Bob en el ascensor, o frente al espejo –Bob trata de encontrarse permanentemente– o los que registran los breves encuentros entre Bob y Charlotte, Coppola ejerce la magia de la imagen. Lo logra también al fotografiar el extrañamiento de la atmósfera de Tokyo, con sus luces, muchedumbres y bares bizarros, en los espacios indescifrables donde reside lo que se pierde en la traducción.
El trailer de la película :
Una de las mejores escenas de la película :
1 comentarios :
11 de noviembre de 2007, 7:11 p.m.
Mamazota la Charlot pon mas fotos de ella weyyy, deberias hacer tu blog porno jajajajajajajajajajajajajaja
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