Los pensamientos se entremezclan. Pierdo el sentido del tiempo. Se confunden presente, pasado y futuro. Todo está bien. Tengo el cuerpo dormido. La calma me invade por completo. Floto. Viajo astralmente, pero cerca del techo. No hay sensación de claustrofobia. Estoy arriba y abajo indistintamente.
Hablo pero me cuesta. Tengo la sensación de estar en el mar, o en una piscina enorme y ascéptica. Todo es azul y líquido. No son visiones, todo es muy mental, extraño pero agradable. Mis mentes se unen, aunque sin telepatía. Es un estado muy parecido al onírico. Noto la electricidad recorriendo cada poro de mi piel, dándome bandazos benignos. Mi cuerpo es todo energía en constante movimiento. Un temblor interno no físico me sacude. Es agradable y duradero. Me gusta.
Entre lo cósmico y lo próximo el viaje continúa con una sensación de agradable calor en todo el cuerpo. Pronto siento que estoy flotando. Todo brilla en la habitación. Las sábanas parecen de seda, luego de arena, luego de agua. Veo escenarios alucinantes con los ojos cerrados. En cierto momento mi brazo izquierdo se convierte en un tronco y el derecho en un inmenso árbol. Mi cuerpo se encoge. Luego ya no tengo cuerpo. Nada de lo que sucede me importa o molesta. Pienso que debo desaparecer. Sería divertido. Después de los 45 minutos empiezo a volverme otra vez coherente, una entidad unida en algún punto del espacio. Veo borroso. Siento que he regresado de un universo que no es el que dejé hace 45 minutos. A lo mejor estoy en un paralelo. Llamo a mi novia para ver si existe, porque si no queerré más K de nuevo para ver si regreso de nuevo a mi universo.
1 comentarios :
10 de febrero de 2008, 10:45 a.m.
Ya deja de drogarte inche ñoño!!! Y alivianate pronto porque urge que veamos varias cosas de Hated!!
Te ves
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