Anoxia 1, su ira

De todas las pasiones que con el tiempo se acumularon en su alma la que nunca logró subyugar fue la ira, simplemente estallaba. En sus breves locuras daba muestra de su limitado entendimiento de lo que le rodeaba, nunca lograba entender por qué se sentía así y su único anhelo era librarse de eso que la poseía.

Ella, habitualmente tranquila, colérica golpeaba, maldecía y mataba, contar hasta diez no le funcionaba, aún con la boca cerrada podía escuchar como sus caninos chirrían, sus uñas se hundían en las palmas de sus manos, el brillo de sus ojos se escapaba entre sus párpados a medio cerrar y la sangre proveniente de su nariz solo recrudecía la escena.

Le gustaba asfixiar, sus cinco sentidos la extasiaban al hacerlo, se enajenaba de ruido o cualquier presencia que pudiera interferir en su propósito. Después, su espíritu transformaba ese embrujo en algo más, en algo que la transportaba a un mundo diferente, en el que ella tenía paz.