Uuuy no, yo no me quedo así


Me he dado cuenta que comparto la regadera. Diariamente me baño con una viscosa y verdosa verdad de la evidente deficiencia moral de la humanidad... ¿con quién la comparto? ¡con todos!, no se hagan.

La crueldad de las guerras y las revoluciones vistas en el curso del siglo XX evidencian claramente que el hombre no ha progresado moralmente. El hecho de que, por ejemplo, medio siglo después de la segunda guerra mundial, la humanidad no llegue a establecer una situación de paz duradera, constituye por si sola una demostración elocuente de la impotencia de los que nos hacemos llamar humanos, los seres que piensan, que raciocinan.

Padecemos de una crisis de conciencia. Los que creemos en la equidad aparecemos como los extras del cuento; un cuento estelarizado por la ignorancia, en su papel más aberrante y barato.

La imagen de; un gran batallón de jóvenes apáticos que se abrazan entre sí festejando victoria junto a su estandarte de vivos colores y con el texto "PROFESIONISTAS" es la imagen descriptiva de la sociedad en que me veo.

Las misiones de las escuelas están siendo abatidas por la apatía, flojera, inmadurez y malos catedráticos ( pueque' me incluya, soy nuevo en eso de dar cátedras... ¡pero me esfuerzo por ser uno de los buenos!... pos' estos... ), cuatro aspectos que conforman la bomba anti-progreso económico que desde años se viene preparando para detonar en nuestra cara... por cierto, me he dado cuenta que mi herama tiene cara de ardilla, la más grande... pero bueno, ese será otro post.

La visión que innovaba sociedades, que revolucionaba pensamientos, que promovía doctrinas de acción humana; se ha perdido. Acarreamos males y vicios de décadas pasadas, años que sólo sombras nos dejan ver al voltear hacia atrás, pero ¿Por qué predestinar nuestro futuro basándonos en el pasado?, ¿Por qué sucumbir ante el cliché de nuestra afanada doctrina? ¿Por qué no ser visionarios y adelantarnos a las lastrosas mentes que nos rodean?

Visión nunca nos faltará, la ambición natural del hombre no dejará que eso pase; lo que carecemos es de carácter y eso sólo se adquiere actuando, realizando. Con carácter y visión, desenvainados podremos lograr las revoluciones que tanto buscamos, las revoluciones intelectuales que nos guiarán a paso vertiginoso hacia la llave que abrirá el el enpolvado baúl de una sociedad eficicaz que tanto anhelamos... ¡y no estoy enojado!


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